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martes, 30 de abril de 2013

Crisis Energética 2013

El país produce menos petróleo y gas desde hace ya muchos años. La producción de petróleo ha venido en declinación desde 1999 (13 años) y la de gas natural desde 2004 (8 años).

El gráfico siguiente es muy elocuente a este respecto.




Hay dos explicaciones posibles a una reducción constante en los niveles de producción de hidrocarburos. La más evidente es geológica y se debe a la caída en el nivel de reservas. La otra explicación se relaciona con el precio que puede obtener el productor en el mercado por la venta del crudo.
Con respecto a la primera de esas razones empecemos diciendo que la Argentina no es un país petrolero sino un país con petróleo. De las cuencas productivas se extrae petróleo de formaciones que se encuentran como en forma de lentejuelas.  En gas natural sucede lo mismo pero con la buena noticia que tuvimos (pasaron más de 30 años) un gran descubrimiento en Loma de la Lata y ahora parece que tendríamos la tercer reserva de Shale Gas del mundo. Sin embargo, hay que perforar para encontrar y no siempre se encuentra el hidrocarburo. Ejemplo, un alto ejecutivo de una compañía de petróleo ha dicho varias veces que en Vaca Muerta su tasa de éxito es de sólo el 4%. En esta tasa consideraba el éxito inicial del primer pozo que los llevó a pensar que su área era muy rica en producto. Lo debe ser, concluía, pero tenemos que perforar mucho y requiere mucha inversión.

Siguiendo el razonamiento de este ejecutivo, para poder encontrar reservas de gas y petróleo se necesitan grandes recursos y es acá donde gravitan los precios de venta al público. Si los precios no son retributivos, el esfuerzo de búsqueda de producto disminuye notablemente.

Las compañías petroleras son financieramente muy sólidas, con un producto que no se malogra con el tiempo si se queda en el subsuelo y acostumbradas a trabajar en países con reglas poco claras y cambiantes. Con estos antecedentes, el congelamiento de precios y tarifas lo único que provoca es una búsqueda menos acelerada de nuevas reservas y su consiguiente disminución en los ritmos de producción. Adicionalmente, un país con problemas de energía no recibe inversiones para fabricar localmente porque no puede producir ni comprometerse seriamente además de incrementar los costos. Esto no genera empleos de calidad y bien remunerados, etc. etc.

Evolución de los yacimientos

Cuando analizamos la producción de crudo de las principales áreas vemos que desde 2009 hasta 2012 la misma cayó 12% o aproximadamente 26,7 millones de barriles.  Esta menor producción significa que el país perdió de ganar USD 1.100 millones. Esto es así porque si esa menor producción resultó en una menor exportación de hidrocarburos para ser usados localmente, el país perdió los 26,7 millones de barriles por la diferencia entre el precio internacional de USD 111,67 y el precio local de USD 70,32.  Obviamente, si hubiéramos tenido que importar esa menor producción para abastecer el mercado local, el efecto financiero sería muchísimo mayor.

De las más de 660 áreas en producción del país en 2012, las primeras 50 representan el 65% de la producción total del año. De estas 50 primeras, las mayores reducciones fueron de El Trapial, Puesto Hernández, El Tordillo, Valle Hermoso, etc. que en conjunto son el 73% de la disminución del 2012 respecto del 2009.

Si bien expuse los datos desde el 2009, la producción de crudo viene disminuyendo desde 1999 como se observa en el gráfico del inicio.

Evolución de los precios

El crudo Brent tuvo precios en promedios anuales bajos y estables desde 1986 hasta 1999 que oscilaron desde USD 14,43 en 1986 hasta USD 17,97 en 1999 con un precio máximo de USD 23,73 en 1990. Durante 13 años la industria petrolera convivió con precios bajos del crudo.

A partir del año 2000 los precios del crudo comenzaron a crecer. Hasta 2004 el crecimiento fue muy pronunciado, desde USD 28,50 hasta USD 38,27. Pero a partir del 2005 el crecimiento de precios del crudo fue exponencial saltando en 2005 a USD 54,52 hasta alcanzar USD 111,67 en 2012.


A partir de la “pesificación” de tarifas de 2002, el precio de las naftas tuvo incrementos moderados, mensuales y discretos. No ocurrió lo mismo con el precio del gas natural y de la electricidad domiciliaria. Para poder modificar las tarifas debe haber una Audiencia Pública que no fue convocada por el ENARGAS ni por el ENRE.

La consecuencia fue que tanto las compañías de generación de electricidad como las de distribución de gas y de electricidad carecen ahora de ingresos suficientes para pagar sus gastos.

La consecuencia no inmediata pero inevitable fue a mi juicio, la caída en la producción de crudo y de gas natural. Seguimos produciendo el crudo que necesitamos pero estamos muy lejos de abastecernos de gas natural argentino y tenemos que importar de Bolivia y de Trinidad & Tobago como GNL.


Las diferencias de precios y sus efectos económicos para el país

Crudo

Valorizando la producción anual de crudo de cada año por la diferencia de precios de esos mismos años podemos calcular cuántos dólares dejaron de ingresar en el sector petrolero. Establecida esta diferencia en un período de los últimos 10 años comprobamos la desinversión del sector.


El sector petrolero perdió USD 64.800 millones en los últimos 10 años que equivale a que con una tasa del 35% de impuesto a las ganancias el Estado dejó rentas coparticipables de USD 22.700 millones. Una fortuna materialmente hablando y también moralmente ya que el 50% es de las provincias, que hubieran podido pagar obras públicas de sus presupuestos con el consiguiente efecto multiplicador en las economías provinciales.

Gas

Nuevamente valorizo la producción anual de gas natural de cada año por la diferencia de precios de esos años para calcular el déficit económico del sector gasero. El sector perdió desde el 2003 hasta el 2012 USD 58.700 millones que a una tasa del 35% de impuesto a las ganancias representó rentas coparticipables por USD 20.600 millones.



 
Sin embargo, al contrario que con el crudo, el gas natural consumido (y el dejado voluntariamente de consumir) es muy superior a la producción argentina. Debemos entonces añadir a nuestro cálculo el costo de las importaciones desde Bolivia de aproximadamente USD 5.200 millones y el costo de importar Gas Natural Licuado de aproximadamente USD 5.500 millones adicionales.

La situación se deteriora constantemente ya que como se puede constatar en 2012 las importaciones desde Bolivia por gasoducto sumadas a las importaciones por barcos de GNL representaron el 44% del costo adicional antes mencionado de USD 10.700 millones.

Opinión
Hay mucho consenso en que la única razón para los aumentos y las disminuciones de reservas de petróleo y gas son geológicas exclusivamente. Sin embargo, cuando durante 13 años la producción de crudo disminuye y la de gas lo hace durante 8 años me pregunto si no se podría haber hecho algo al respecto.
Cuando las razones son geológicas ciertamente nada se puede hacer.
Sin embargo, cuando la industria petrolera y el país pierden más de USD 150.000 millones en 10 años, entonces se debe a errores graves en la política y en la ejecución de los planes energéticos de la Argentina.