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viernes, 14 de septiembre de 2012

SITUACIÓN DEL MERCADO DE GAS NATURAL ARGENTINO EN MATERIA DE SUBSIDIOS

Lic. Ariel Masut
Economista especialista en energía

 El mercado argentino de gas natural, al igual que buena parte del mercado energético, se encuentra fuertemente intervenido desde el año 2003. Esta intervención suspendió todos los mecanismos regulatorios vigentes desde los años 90 que, en un sentido general, aseguraba precios y tarifas económicas en el sector. Los remplazó por subsidios directos y cruzados otorgados de forma generalizada y sin ningún criterio de eficiencia o capacidad económica del contribuyente.

Un breve repaso por las distintas actividades que componen la cadena de valor de la actividad, muestran que en los segmentos tradicionalmente regulados, como transporte y distribución, se observan tarifas congeladas desde 1999. En distribución, solo a Gas Natural BAN se le autorizó un aumento de tarifas en el año 2009 y es la única distribuidora de gas que no entró en pérdidas. En transporte, las dos transportistas tampoco son ajenas a la situación imperante: TGN renegoció su deuda recientemente y está en rojo, mientras que TGS cubre el déficit operativo con actividades no reguladas (RTP Cerri). Mientras tanto, la calidad del servicio de estos segmentos no se alteró.

El precio en boca de pozo también dejó de ser único a partir de 2003 para tener tantos valores como categorías tarifarias existen. A grandes rasgos pueden distinguirse cuatro grandes dinámicas del precio en boca de pozo según los grupos consumidores considerados:

o      Residencial: precio de gas reprimido, con pequeños ajustes en el período 2003-2012. El beneficio del precio bajo es irracionalmente generalizado.

o      GNC: precio de gas reprimido, mayores ajustes en el período que residenciales. El precio en surtidor promedio de los últimos años es un 25% del precio del gasoil. En 2012 se decide un aumento del 300% del precio en boca de pozo, aunque sigue siendo competitivo respecto al gasoil.

o      Industria: precio en boca de pozo liberado. Los usuarios de mayor consumo fueron alcanzado por los Cargos Fideicomiso Transporte (ampliación de gasoductos por este medio). También se implementó en algunos años (2007, y parcialmente 2008 y 2010) el Plan de Energía Total que subsidió el uso del fueloil y diesel oíl  al costo del gas en el período invernal. Nuevamente, poco racional la generalización de un bajo precio cuando para el 90% del sector industrial el costo de la energía no es un problema.

o      Usinas: precio en boca de pozo aumentando “por decreto” (al igual que GNC). Principal destino del Gas Plus, por el cual se pagan “precios económicos”. Fuerte intervención de CAMMESA en subsidios a la generación.

Otro hito en la industria subsidiada del gas argentina ocurre a partir de 2008, cuando la necesidad de importación de gas es creciente (Gas Natural Licuado y Bolivia). La ingeniería regulatoria definió cargos tarifarios para cubrir para la importación en el año 2008 (residenciales de mayor consumo y sector industrial) y actualizados en el 2011 que se generalizaron a todos los sectores.  El primero se estableció buscando recaudar aproximadamente $ 1.300 millones y con la actualización en 2011 se multiplicó por diez dicha cifra: $ 13.000 millones (o sea poco más de 3.000 millones de dólares). En ninguno de los casos se logró alcanzar tales montos por la gran cantidad de amparos judiciales y porque el Estado en muchos casos los suspendió (residenciales) por motivos políticos.

El gas importado ha sido revendido por ENARSA a un costo promedio estimado del 25% del valor promedio de importación (estimación para los años 2010 y 2011). No se tiene registro de la recaudación del Fideicomiso por Gas Importado, pero se estima que es ínfimo. En el gráfico a continuación se exponen las transferencias del Tesoro a ENARSA para financiar la importación de gas natural de Bolivia y GNL (neto de la reventa del gas). En el período 2006-2011 suman U$S 5.200 millones[1].


Un escenario de status quo de la política gasífera (con precios reprimidos, alta inflación, caída tendencial de la producción doméstica, menor share del gas no convencional) complica mucho más el panorama fiscal. A partir de la brecha de abastecimiento del mercado (que se da principalmente en mayo-septiembre) y la mayor necesidad de importación de gas es posible ver un escenario explosivo si el gobierno continúa subsidiando tres cuartas partes del precio medio de importación, lo que queda reflejado en el cuadro que sigue. Allí se observa que el valor presente[2] entre 2011-2020 de subsidiar el 75% del costo de importación es de U$S 30.000 MM (U$S 3.000 promedio por año).


Costo Anual esperado de diferentes políticas de subsidios del costo de importación


La remuneración del gas proveniente de proyectos Gas Plus (GP) es una buena estimación de un precio económico del gas en boca de pozo. Desde su introducción en 2008 el programa generó producción adicional que hoy en día es aproximadamente el 10% de la producción total de gas. Los valores de GP están calculados sobre flujos de costos presentados por las empresas a la Secretaría de Energía, con TIR de mercado para los proyectos. Esto generó precios para proyectos Gas Plus en un rango entre 4 y 7 U$S/MM BTU, cuyo principal comprador es CAMMESA que lo destina a la generación térmica.

El precio promedio que los productores de gas creen económico para el desarrollo de mediano plazo de shale gas debe rondar, como mínimo, los 5 U$S/MM BTU, frente a los 2 U$S/MM BTU que en promedio recibe un productor local. Modificar la actual curva de precios internos podría generar, en un mediano plazo, una menor dependencia del fluido importado, incorporando reservas domésticas e incrementando el empleo en el sector local.


[1] Entre 2006 y 2009 datos reales y 2010-2011 es una estimación en base al precio de reventa del gas de Bolivia y GNL (fuentes privadas – consultoras); ENARSA hizo público los precios de reventas del gas importado, que coincide con los precios para producción doméstica.
[2] Tomando una tasa de descuento del 12% en dólares.