El
economista jefe de BP encargado de la renombrada BP Statistical Review comentó recientemente que como fruto la
globalización y la disponibilidad de datos confiables, pudieron demostrar cómo la revolución de shale gas en Estados Unidos
ayudó a mantener la luz prendida en Japón después de Fukushima.
EE.UU.
(excepto Alaska) no tiene aún la capacidad de exportar gas natural líquido, en
particular los grandes volúmenes provenientes de las formaciones de Shale Gas. La
planta de licuefacción de Sabine Pass en Luisiana entraría en operación
comercial a fines de 2015. ¿Cómo fue el enroque hecho por los mercados sin la
ayuda de nadie?
- El tsunami
del 11 de marzo de 2011 provocó un desastre en la central nuclear de
Fukushima que obligó a Tokyo Electric Power Company al cierre a gran
escala de otras centrales nucleares y condujo a una disminución de 44% en
la producción de energía nuclear japonesa.
- Las
importaciones japonesas de combustibles fósiles aumentaron como una
alternativa para la generación de electricidad, incluyendo un aumento del
12% de las importaciones de gas natural a través de buques de gas natural
licuado (GNL).
- Este
aumento de las importaciones de GNL japonesas puso presión sobre los
precios del gas natural en muchas partes del mundo, incluyendo Europa,
donde los precios aumentaron y provocaron una reducción del consumo de gas
natural.
- Al
mismo tiempo, los generadores de energía europeos buscaron combustibles
alternativos y se fueron al carbón.
- Estados
Unidos produce carbón de buena calidad y sus precios fueron afectados por
la abundancia de gas natural proveniente de las formaciones de esquisto.
Esto hizo que las exportaciones de carbón crecieran en más de un 50% en
2011.
- Parte
del carbón fue a Europa, desplazando el gas natural por precio. Ese gas
pasó en forma líquida a Japón, reemplazando a la energía nuclear.