El país produce cada día menos crudo que antes. Cuando en
2003 lo hacíamos con un ritmo de 740.000 barriles por día, ahora en 2013 lo
hacemos a menos de 540.000 bpd. Una disminución de 200.000 bpd que a los
precios internacionales de hoy significan unos 20.000 millones de dólares al
año. Una fortuna comparable con la que se tiene que pagar anualmente por la
importación de gas natural licuado. La cifra se agiganta cuando pensamos que
siguiendo con nuestro consumo de crudo y con una producción propia en
disminución la posibilidad de perder nuestra autonomía energética está casi a
la vista.
Analizando un poco esta disminución se puede ver que los 7
principales productores pasaron de 658.000 bpd en 2003 a 451.000 hoy en día.
Los mismos 200.000 bpd de todo el país. Estos productores son tanto argentinos
como extranjeros.
Si ahora nos fijamos en la procedencia de esta producción de
crudo vemos que las cuencas Austral y Golfo San Jorge producen hoy la mitad de
lo que hacían en 2003. La cuenca Neuquina el 37%. En valores absolutos, es esta
última cuenca la que produce 127.000 bpd menos que en 2003. Más de la mitad de
la reducción del país.
Es sabido que Argentina no es un país petrolero sino un país
con petróleo. Para encontrarlo hay que buscarlo y para buscarlo debemos tener
condiciones estables en materia energética. Hay más de 50 compañías petroleras
trabajando en el país. Si todas tienen disminución de producción (excepto YPF
desde 2012 por Golfo San Jorge) las autoridades deberían reaccionar cambiando
en algo la política energética y evitar que perdamos la autonomía que tenemos
desde hace años.