Por Ricardo Falabella | Para LA NACION publicado el 5/5/14
La Administración de Información de Energía de Estados
Unidos, que analiza información sobre energía en el mundo, elaboró un informe
que ubica a la Argentina, fundamentalmente por Vaca Muerta , tercera en
reservas de hidrocarburos no convencionales (shale) con sólo 11% menos que su país.
Teniendo casi el mismo potencial para desarrollar sus yacimientos no
convencionales de gas y petróleo, la Argentina no está hoy ni cerca de generar
un mercado no convencional con un volumen similar al de Estados Unidos.
Además de la evidente riqueza de extraer gas y petróleo, que
hoy importamos, los productos químicos y petroquímicos son usados en la
fabricación de un 90% de los productos industriales del mundo. Precios bajos de
petroquímicos por abundancia de gas natural representan una reducción de costos
en las manufacturas.
El desarrollo de Vaca Muerta implica no sólo revertir las
importaciones de gas natural licuado (GNL) al ahorrar US$ 5700 millones
anuales, sino que volveríamos a desarrollar una industria como la que tuvimos
en los 60. Vaca Muerta también significaría el aumento de las exportaciones
tanto de petroquímicos como del GNL que hoy importamos. Habría que construir
plantas de licuefacción de gas natural, puertos de aguas profundas,
ferrocarriles que conecten los centros productivos con los puertos, etc. Todo
teniendo en cuenta el debido cuidado del medio ambiente. Es imperativo que
nuestros gobernantes entiendan que la energía es una política de Estado.
El desarrollo de las reservas no convencionales incluye la
perforación horizontal de pozos y exige muchos de los servicios ofrecidos por
empresas del sector, como la gestión de las emisiones atmosféricas y desechos,
la restauración del sitio y pruebas ambientales. La extracción de shale gas y
petróleo impone también nuevas exigencias en la gestión de las aguas de
producción y de contraflujo que son utilizadas en las operaciones de fractura
hidráulica. Ésta es una industria que en Estados Unidos genera ingresos de US$
30.000 millones. La Argentina puede legítimamente aspirar a una riqueza
equivalente.
Nos encontramos frente al desafío para que empresas tanto
grandes como pymes proporcionen soluciones coherentes con un desarrollo
sustentable en Vaca Muerta. Desde el tratamiento de aguas residuales desechadas
en pozos profundos y su tratamiento centralizado, hasta el reciclaje y la
reutilización in situ de esa misma agua. La extracción de hidrocarburos obliga
a elaborar una agenda medioambiental de forma urgente y con la debida
supervisión de organismos internacionales especializados.
Nuestras reservas en Vaca Muerta traerán aparejadas la
creación de valor agregado en las industrias relacionadas, así como un
desarrollo de la logística y la capacitación del personal. Estas reservas,
nuevas industrias y nuevos servicios crearán futuros empleos para jóvenes
profesionales y técnicos que hoy se encuentran sin trabajo.
Vaca Muerta es una oportunidad que hay que saber aprovechar.
No la dejemos pasar.