La segunda línea de 220 kV se repuso inmediatamente. La primera tuvo que repararse y eso toma un tiempo dependiendo del tipo de falla.
Sabemos que los problemas de subtransmisión y de transformación son, generalmente, producto de la falta de buen mantenimiento y de inversión para abastecer de electricidad a una demanda incrementada (y que se preveía incrementada). Estamos al límite en algunas áreas y cualquier contingencia se paga cara.
En este punto quiero referirme a mis predicciones de 2004 y 2005 escritas en sendas notas para el diario La Nación. En abril de 2004 concluía:
- "Los problemas de rentabilidad persisten. Esta situación es insostenible en el largo plazo y conlleva una eventual falta de inversión ante un aumento sostenido de la demanda.
- ¿No debería el Estado ejercer el control, pero dejar que los privados lo resolvamos eficiente y eficazmente?
- Cuando estaban la Chade y la Italo, el gobierno de ese entonces no les dio tarifas retributivas y terminamos en Agua y Energía y Segba. Como tampoco el gobierno de turno les dio tarifas acordes pasamos por los cortes de 1989. Luego, en 1992, tuvimos que privatizarlas por falta de capital de inversión. ¿Cuál es el próximo paso? "
No me satisface haberlo previsto. Quisiera que tuviéramos un sistema eléctrico que exportara fuertemente a Brasil y Chile como teníamos planeado cuando hicimos la interconexión con Itá y con el SING de Chile. Una industria eléctrica próspera hubiera creado muchos empleos y favorecido el desarrollo industrial del país. En cambio tenemos problemas todo el año.
La teoría conspirativa de bajar la palanca no convence a nadie. Fue una contingencia técnica que tuvo consecuencias superiores a las normales debido a la fuerte demanda y la pobreza en subtransmisión y distribución.
Si esto último es producto de la falta de ingresos suficientes en el sector, deberá discutirse en el marco de una reprogramación de la política energética de la Argentina de 2012.
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